Un factor decisivo que sirve para elegir la apariencia del color con el que se pinten las paredes del cuarto matrimonial es la iluminación natural que proviene del sol que entre en el dormitorio y la luz artificial con la que se pueda contar en ese lugar.
La luz
La luz puede ser de tonalidad amarillenta o blanca, ésta última es la que deja ver el color como es en realidad por lo que se recomienda este tipo de luz como la principal de la habitación: partiendo de eso es aconsejable ir con varias cartas de color de pared para poder cotejar como la iluminación afecta la combinación elegida.
El color
Existe una amplísima gana de tonalidades disponibles lo cual convierte la tarea de elegir el color en algo complicado que puede resultar mejor pedir la ayuda de un decorador de interiores o de un arquitecto.
Cuando no puede contar con la opinión de un profesional, deberá evaluar:
Tonos rojizos
Estos tonos incluyen pensamientos y contemplaciones, los más comunes actualmente son los vibrantes, de profundidad y suaves que insinúan lujo y sensualidad.
Tonos anaranjados
En la actualidad los tonos anaranjados más usados son los que se relacionan con la tranquilidad de lo natural, como puede ser arena, alba o el color de conchas de mar.
Tonos amarillentos
Son muy usados los tonos amarillo ácido o también el mostaza evocan algo modero, urbano o artístico.
Tonos neutros
Estos colores tienen fuerza pero con cierta suavidad también, tienen calidez, tranquilidad y son acogedores.
Tonos verdes
Son considerados tonos que se relacionan con el espíritu, para lograr esto se usan dos gamas para pintar las paredes de la habitación.
Tonos azules
Son colores que se relacionan con el agua, el cielo evocan un sentimiento de tranquilidad.
Tonos violáceos
Son tonos nocturnos que sugieren el descanso.
Tonos frías
Son tonos muy modernos que van desde el negro a casi blanco y permiten interpretaciones graficas.
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